lunes, 26 de mayo de 2014

Clausura de la XI edición del seminario

Carlos Taibo (@carlos_taibo), Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, impartirá la última sesión del Seminario, denominada: ¿Por qué el decrecimiento? 

Como de costumbre la entrada es libre y no es necesaria inscripción previa. Esperamos contar con su presencia. Esta vez en el aula 11.01.07, de 14 a 15:45 hs.

Aprovechamos para agradecer la asistencia y tan activa participación de todas y todos en las sesiones organizadas en esta XI edición del Seminario de Teoría Crítica.  

Pasando el verano, estaremos publicando el calendario de la XII edición del Seminario, curso 2014-2015, para reanudar las ponencias.  

De cualquier manera permaneceremos presentes por medio de este espacio, publicando artículos de interés, entrevistas y eventos relacionados para continuar la discusión y seguir difundiendo cuestiones relativas a la materia.

Carlos Fernández Liria - Ciudadanía y capitalismo

En la pasada sesión del seminario de Teoría Crítica, Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, expuso de manera sucinta el tema de “Capitalismo y ciudadanía”, poniendo de manifiesto la manera en que el proyecto surgido desde la Ilustración que preferentemente busca una democracia en estado de derecho; una ciudadanía bajo el imperio de la ley; en la que ningún dios ni ningún amo pudiera despóticamente ordenar y mandar a siervo alguno; resulta incompatible con el capitalismo, por la fuerza despojadora de éste último fenómeno.

Tomando como guía, la Revolución Francesa, haciendo énfasis en su lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, como movimiento que removió los cimientos del mundo y que a partir del mismo se decidió cuáles habrían de ser los principales referentes políticos más irrenunciable, el profesor Fernández Liria señaló que el concepto de ciudadanía remite a la historia de la filosofía y así, se puede entender a dicho concepto como aquel que señala el triunfo de eso que Platón llamó el rey filósofo, y que viene a significar, en términos hegelianos, que la razón puede gobernar el mundo.

Al realizar una análisis filosófico sobre el concepto de razón y haciendo énfasis en el concepto de la fraternidad, entendido como el concepto de independencia cívica, al mismo tiempo que ir repasando diversos hitos históricos y fenómenos emergentes que ponen de manifiesto la perversa y paradójica actual situación en la que nos encontramos, Carlos Fernández Liria, criticó las actuales condiciones capitalistas por haber eliminado una de las condiciones materiales imprescindibles para que la ciudadanía tenga alguna posibilidad en este mundo.

Haciendo énfasis en el concepto de la fraternidad, entendido como el concepto de independencia cívica. Es decir que la existencia no depende del otro y que por tanto no se tiene que pedir permiso para vivir la vida, el derecho a la existencia.

A continuación se presenta el artículo titulado “Capitalismo y ciudadanía: la anomalía de las clases sociales”, donde el profesor Fernández Liria, junto con Luis Alegre Zahonero, propone una interpretación de Marx desde el republicanismo, desde donde es posible integrar el concepto de ciudadanía.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Octava sesión: Ciudadanía y capitalismo por Carlos Fernández Liria

Próxima sesión: jueves 22 de mayo 2014, de 14 a 15:45pm.

Carlos Fernández Liria, Profesor Titular de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, impartirá la octava sesión de la XI edición del Seminario, denominada: “Ciudadanía y capitalismo”.

Esperamos contar con su presencia en el aula 11.1.21.

martes, 20 de mayo de 2014

Juan José Tamayo Acosta - El intelectual como conciencia crítica de la sociedad y del poder


Iniciando con el relato del surgimiento de la figura del intelectual a partir del conocido artículo de Émile Zola sobre el capitán judío del Ejército francés, Alfred Dreyfus, titulado de J'Accuse en 1898, el profesor Juan José Tamayo, en la pasada sesión del seminario de Teoría Crítica, expuso diversas ideas sobre la figura del intelectual como persona comprometida en el espacio público y conciencia crítica del poder y de la sociedad.



Así, el intelectual desde ese momento suele ser definido tradicionalmente  por tres rasgos distintivos:

  1. Es una persona comprometida en el espacio público, estableciendo una distinción entre el sabio y el intelectual, porque el primero a pesar de su conocimiento no tiene con una amplia presencia pública.
  2. Ejerce su función a manera de conciencia crítica del poder y conciencia crítica de la sociedad adormecida que no reacciona ante situaciones de injusticia, y en ese sentido es un despertador de conciencias.
  3. Cuenta con una coherencia ética, es decir articula su credibilidad a través de su teoría y la práctica diaria.
En palabras del profesor Tamayo, uno de los autores que más ha trabajado dicho tema es Antonio Gramsci, al afirmar que todos los seres humanos son filósofos, intelectuales, ya que pueden hacer uso de su razón para pensar la realidad y contribuir a su transformación. Por tanto, la principal diferencia del intelectual radica en el hace uso de su razón para pensar públicamente, es decir utiliza la razón para pensar la realidad con el fin de transformarla.

Ahora bien, al momento en que la actividad intelectual es inherente al ser humano, como lo es la actividad manual, en la línea de Marx, que sitúa la esencia del ser humano en su actividad crítico-práctica, Gramsci matiza que el criterio para caracterizar al intelectual hay que buscarlo, en el conjunto del sistema de relaciones en el que las actividades intelectuales y quienes las ejercen vienen a encontrarse en el complejo general de las relaciones sociales.

Al desarrollarse la división social del trabajo en las sociedades complejas, surgen los intelectuales a nivel individual y colectivo, Gramsci establece una distinción interesante, que si bien hoy está quizá un poco superada, entre el intelectual tradicional y el orgánico. Aquel, relacionado al mundo de la cultura, y este que se encarga de expresar mediante el lenguajes las experiencias y los sentidos lo que los sectores marginados que no tienen los medios para expresar sus experiencias, la voz de quienes no tienen voz.

Para Gramsi resulta fundamental establecer la relación entre la organización y las masas con el objetivo de que se conquiste y se transforme los aparatos del Estado. El intelectual no busca ocupar esos aparatos sino transfórmalos, creando una nueva hegemonía del pensamiento que representa los intereses y las reivindicaciones de la clase trabajadora.

Después, inspirado en el trabajo de Edward Said, el profesor Tamayo mencionó que en el mundo musulmán se utilizan dos palabras para referirse a la figura del intelectual: muthaqqaf, “hombre de cultura”, y mufakir, “hombre de pensamiento”. Con ambas expresiones se pretende subrayar el prestigio indiscutible de dichas personas en contraste con el desprestigio de los gobernantes y los políticos, que han perdido toda credibilidad ante la ciudadanía y carecen de cultura, de pensamiento y de moralidad.

El mundo político, de los gobernantes han perdido toda credibilidad frente a la ciudadanía y carecen de moralidad, pensamiento y cultura. Liderazgo a tres niveles, ético, político y cultural.

En ese orden de ideas, a juicio de Tamayo, las funciones que corresponden a un intelectual son:
  • Elaborar narrativas de la historia, proponer discursos alternativos a las visiones oficiales. Incorrección en el relato, incorrección en la narrativa, la heterodoxa y la impureza, como contestación a esos relatos oficiales que no corresponden con la realidad.
  • Contribuir a crear espacios de convivencia y diálogo. En la sociedad al predominar los monólogo oficiales y los campos de batalla en el espacio público, el intelectual va más allá de esos monólogos y campos ye establece una metodología nueva, que es la metodología del diálogo. El diálogo como actitud y como busca de la verdad.
  • Defender criterios éticos de vida, frente a la acumulación del tener y del poder que deforma la vida humana. Alternativa a los valores predominantes en la sociedad actual.
  • Argumentar a favor de los binomios: paz y justicia, libertad e igualdad, persona y sociedad e individuo y solidaridad. El intelectual articula y argumente a favor de estos valores, binomios que el neoliberalismo separa.
  • Despertar las conciencias adormecidas. Si no se cambia la conciencia, no se cambia nada. Si no adecuamos la vida al pensamiento, terminamos adecuando el pensamiento a la vida.
  • No instalarse cómodamente en la realidad, ni contentarse con las cosas tal y cómo son y como aparecen.
  • Soñar con cosas que nunca han existido y preguntarse por qué no van a existir. La capacidad de imaginación, de sueño y creatividad que el intelectual debe fomentar en la sociedad resulta primordial.
Así entonces, después de tres años de trabajo, el profesor Tamayo en el libro Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (publicado por Fragmenta Editorial, 2013), realiza un recorrido por distintas biografías del siglo XX, caracterizadas por la propuesta de una teoría crítica de la sociedad y de la religión en clave liberadora. Y a manera de decálogo, sintetiza diez lecciones aprendidas durante su realización:
  1. Necesaria relación entre razón y esperanza.
  2. Importancia de articular la bibliografía y la biografía. Coherencia entre teoría y la práctica.
  3. Reconocer el pluralismo a todos los niveles (cultural, religioso, cosmovisional, político), fomentar la interculturalidad y el diálogo interreligioso.
  4. La metafísica no puede quedarse en la simple razón pura y abstracta, sino que tiene que traducirse en rebelión.
  5. Distinguir la relación, que en muchos autores se ha encontrado, entre poesía, mística y revolución.
  6. Necesidad de que convivan armónicamente bien, con sentido crítico, la ciencia y la religión, como fuerzas más influyentes en la historia de la humanidad.
  7. Impulsar el feminismo como crítica del patriarcado social y religioso.
  8. Necesidad de defender los derechos de los seres humanos y también los de los naturaleza.
  9. Estudiar a los intelectuales en el mundo musulmán.
  10. Compaginar el rigor del análisis con el sentido del humor.
En el siguiente link es posible encontrar el índice del libro que desarrolla la exposición del profesor Tamayo y diversas recensiones sobre el mismo.

lunes, 19 de mayo de 2014

Séptima sesión: El intelectual como conciencia crítica de la sociedad y del poder por Juan José Tamayo Acosta

Próxima sesión: lunes 19 de mayo 2014, de 14 a 15:45pm.

Juan José Tamayo Acosta, Profesor titular de la cátedra de Teología y ciencias de la religión “Ignacio Ellacuría” de la Universidad Carlos III de Madrid, impartirá la séptima sesión de la XI edición del Seminario, denominada: “El intelectual como conciencia crítica de la sociedad y del poder”.

Esperamos contar con su presencia en el aula 11.1.21.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Eduardo Melero - ¿Podemos hablar de un "derecho policial del enemigo?

Durante la pasada sesión del Seminario de Teoría Crítica, contamos con la participación de Eduardo Melero, Profesor Contratado Doctor de Derecho Administrativo en la Universidad Autónoma de Madrid. Su exposición se centró en analizar críticamente la existencia de una política de fondo en el contexto actual, enfocada en restringir los derechos de determinados sujetos o de determinados grupos de personas.

A partir de casos sucedidos recientemente en el entorno español (represiones de protestas sociales, interrogatorios por parte de policías encapuchados, expulsiones de inmigrantes, detenciones de menores, identificaciones policiales de perfil racial, entre otros), el profesor Melero puso de manifiesto una lógica en dichos acontecimientos, orientada a la restricción de los derechos y garantías jurídicas de los ciudadanos a una mínima expresión.

En ese sentido, al momento en que todos esos supuestos tienen un común denominador empatado en última instancia con la actuación de la policía, tales acciones se develan  integralmente como políticas de fondo contra determinados grupos de la sociedad, donde los cuerpos policiales está tratando a determinadas personas no como ciudadanos, sino como enemigos.

Así, el surgimiento de un elemento de comparación como categoría especial del derecho penal, parte de una distinción básica: existe un derecho penal para los ciudadanos y existe otro que es el derecho que se ejerce frente a aquellos sujetos que no son fieles al ordenamiento jurídico. Frente a estos no se aplica el derecho penal del ciudadano, sino el derecho penal del enemigo.

Uno de los mayores problemas de estas políticas tan habituales hoy en día, es que para los policías la categoría de enemigo puede ser cualquiera que ellos decidan que es un enemigo. Entre ellos los ciudadanos que protestan, los inmigrantes o cualquier colectivo que a su consideración sea peligroso para el sistema.

Este derecho penal del enemigo, como categoría propuesta por los penalistas, existe más allá de quienes están a favor o en contra del mismo (el ejemplo típico es el delito de terrorismo). Al utilizar una metodología conceptual flexible para su análisis es posible distinguir cuatro elementos básicos, los primeros tres propuestos por su principal teórico e ideólogo, Günther Jakobs, y el último por Manuel Cancio Meliá, cuyo enfoque resulta más crítico:
  1. Un amplio adelantamiento de la punibilidad, la consideración de que esas acciones suponen delitos de alto riesgo.
  2. Las penas establecidas son desproporcionadamente altas en relación a la conducta.
  3. Determinadas garantías procesales se relativizan o se suprimen.
  4.  La existencia de un derecho penal de autor, que presupone que determinados sujetos por sus propias características incurren en una situación de especial peligrosidad y frente a ellos hay que actuar con este derecho. Es decir, se considera a determinados colectivos como enemigos.
¿Se puede trasladar esta doctrina del derecho penal del enemigo al análisis de la actuación policial? El profesor Melero afirma que sí, pero obviamente con matices. Desde su punto de vista no hay que utilizar una metodología flexible por la variedad de la actuación policial a la que se puede aplicar.

Esta categoría del derecho policial del enemigo tiene un importante potencial crítico, porque más allá de que estas acciones se intenten analizar de manera neutral aduciendo, arbitrariedades de la policía, uso ilegítimo de la fuerza o desproporcionalidad de la actuación policial, la existencia de una política de fondo marcada por distintas instancias, por los cuerpos policiales, pero también por los mandos ministeriales, incluso por el legislador en ocasiones.

Aparte de dicha política, el profesor Melero creer que el derecho policial del enemigo pone de manifiesto la impunidad policial que existe. Todos los instrumento que pueden utilizarse para que la policía se somete al derecho son inexistentes (placas de identificación, distintivo de los antidisturbios).

Partiendo de una concepción de la dogmática jurídica donde las categorías no son neutras porque responden a distintas ideologías, Eduardo Melero considera que el derecho penal del enemigo se plantea como una categoría no solo jurídica, sino jurídico-política. Y así propone ser un tanto flexibles en el aspecto metodológico para la delimitación de categorías, para tratar de poner de manifiesto la existencia de el derecho policial del enemigo como instrumento de una política general de exclusión social.

A continuación se presentan tres artículos del expositor en relación al tema, que desarrollan otros aspectos del mismo.

domingo, 4 de mayo de 2014

Sexta sesión: ¿Podemos hablar de un "derecho policial del enemigo? por Eduardo Melero

Próxima sesión: lunes 5 de abril 2014, de 14 a 15:45pm.

Eduardo Melero, Profesor Contratado Doctor de Derecho Administrativo en la Universidad Autónoma de Madrid, impartirá la sexta sesión de la XI edición del Seminario, denominada: “¿Podemos hablar de un "derecho policial del enemigo?”.

Esperamos contar con su presencia en el aula 11.1.21.